Servicios
|
|
|
|
|
|
|
|
|
La palabra "serano" es de uso frecuente en varias
zonas de Zamora y Salamanca. El salmantino Luis Maldonado recurre a ella en
sus libros de carácter etnográfico. Incluso, ha recogido diversas
expresiones y modismos populares en que aparece dicho vocablo.
"Serano" viene del latín "serum", que significa
"tarde-noche", al menos en la obra de Tito Livio. Con la palabra
"serano" se expresa, según algunos diccionarios, "la
tertulia nocturna de vecinos que se hace al aire libre, tomando el fresco
durante el verano" (cfr. "Diccionario Hispánico Universal",
publicado en Buenos Aires, 1953). Según esto, el serano vendría a ser la
versión estival del famoso "filandar", propio del invierno. En
ocasiones, se confunden las dos palabras. El filandar y el serano (al igual
que la "Puchera") constituyen instituciones sociales de tipo
informal (no regulado), con notable importancia socio-cultural en las áreas
que las poseen.
Durante los días pasados últimamente en Carbajales, he podido comprobar que
se siguen celebrando los "seranos" en diversos lugares de la
villa. Quizá, el serano más nutrido o numeroso es el que se reúne junto a
la puerta de mi casa, en la Plaza Mayor. A él acuden miembros de cinco o
seis familias. En el serano, se habla de todo sin ofender a nadie. Cuando
se corta algún traje, se hace casi siempre con tiento y medida. Por
supuesto, los temas políticos suelen quedar aparcados. A veces, se abordan
asuntos religiosos, históricos, filológicos... El otro día, sin ir más
lejos, entablamos una seria discusión acerca de si es correcto o no el uso
del verbo "esperrear" o "esperriar". Surgió el tema a
raíz de una anécdota contada por Mari y expuesta más gráficamente por
Jacinto. Se encontraba el padre de Mari en cierto pueblo de Aliste. Uno de
los vecinos le invitó a comer unas sopas de ajo en su casa. La mujer del
alistano tenía fama de ser una especialista en la materia. El carbajalino
quedó perplejo y estupefacto al preguntarle el anfitrión: "¿Cómo las
prefiere? ¿Con el ajo machacado en el mortero o esperriado?". "Esperriado"
significa, para la gente de la zona, "triturado en la boca y expelido
a la cazuela" (algo parecido hacen algunas tribus andinas). ¿Es
correcto el vocablo "esperriar"? ¿Se trata de una simple
corruptela?
Participé en la tertulia, valiéndome de unos diccionarios que tenía a mano.
"Esperrear" (o "esperriar") es un verbo de origen
probablemente onomatopéyico, y de uso habitual en el antiguo reino de León.
Sobre todo, en Salamanca y Zamora. En otros lugares de España se emplea más
bien la modalidad "espurrear"o "espurriar". Pero el
significado es sustancialmente el mismo: "rociar o salpicar una cosa
con agua u otro líquido expelido por la boca con cierto ruido labial".
Algunas comarcas de León conservan el verbo "espirriar", con el
significado concreto de "echar aceite con la boca en las cardas
(instrumento de madera) antes de cardar o peinar la lana". Existen
palabras y locuciones equivalentes a "esperrear" en otras
lenguas. Los franceses dicen "arrosser avec la bouche" (rociar o
"aspergear" con la boca). Los ingleses tienen el verbo "to
surt"; y los alemanes, el verbo "netzen". Los portugueses
emplean un vocablo curioso, de origen incierto: "borrifar"
("aspergir com a boca"). En todas las lenguas, se alude, con el
verbo correspondiente, a un signo bucal espontáneo o primigenio, que
aparece ya en la primera infancia. Yo lo pude percibir en mi sobrinillo
Arturo cuando le visité en Alcalá de Henares al poco de nacer.
Algunos opinan que el verbo "espurrir" tiene el mismo origen
onomatopéyico que "esperrear". Aunque lo más corriente entre los
etimólogos es sostener que "espurrir" viene del latín
"exporrigere" (extender, alargar, estirar). Eso es lo que
significa precisamente el verbo "espurrir" en Asturias, antiguo
Reino de León, Palencia, Santander... Los asturianos utilizan la locución
"espurrir la pata" para significar el acto de morir. En la
modalidad reflexiva, "espurrirse" equivale a desperezarse,
desentumecerse, estirando los brazos con un gesto específico, que
encontramos también en algunos animales. Por ejemplo, en el perro.
Naturalmente, no solté este rollo macabeo a los tertulianos del serano de
la Plaza Mayor carbajalina. Expuse muy brevemente las ideas esenciales.
Hablando de estas y otras cosas, trascurrieron casi tres horas nocturnas:
las mejores del día entero, según todos los asistentes. "¡Para qué ir
a Marbella!", exclamaban algunos. Ya al final, unos cabeceaban de
forma irresistible, otros bostezaban "ostentoriamente", y no
faltó quien se "espurrió" sin inhibiciones de ninguna clase, tal
vez para explicar gráficamente qué significa la palabra
"espurrirse". Nos retiramos a nuestras casas cargando con las
sillas respectivas. En el reloj de la esbelta torre sonaban las dos de la
noche.
|