En los manuales de la mayoría de las materias, en la escuela que yo estudié, se detectaba poco rigor ciéntifico. Sin embargo, el estudio de las Ciencias de la Naturaleza era distinto; se daban nociones de mundo físico, quimico y natural y con un cierto rigor.

El maestro y la maestra contaba para su enseñanza, además de con sus manuales, en los que abundaban ilustraciones, con colecciones de objetos reales (fósiles, minerales, plantas, animales, ...) o de reproducciones y además, con un sentido moderno de la enseñanza, utilizar los paseos y excursiones para inculcar en sus alumnos un verdadero sentido investigador.

Los libros de lecciones de cosas, y los centros de interés nos muestran con claridad ese afán didáctico de enseñar basándose en la realidad, tan relacionado con la pedagogía actual, pero que forma parte de una tradición progresista en la enseñanza que podemos rastrear desde finales de siglo en la Institución Libre de Enseñanza, en la Segunda República, hasta la actualidad.

El estudio de las Ciencias de Naturaleza se puede considerar "moderno".

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