El verano es la estación por excelencia de la recolección.

Salvo en los cortinos cerrados, se hacían dos hojas para dejar descansar la tierra al menos un año entre cosecha y cosecha. Historicamente, marcan las hojas el Camino Macada y el Camino Puercas.

Normalmente se sembraba y se recolectaba, por tanto, centeno, cebada, trigo, garrobas (algarrobas), centeno y algarrobas, etc.. También nabos, patatas, sandías, garbanzos, guisantes, muelas, etc.

La recolección hace referencia a todas las labores de recoger los forrajes en el verano: a la siega, el acarreo, la trilla, la limpia, guardar la paja, segar y guardar la hierba, garbanzos, guisantes, etc...

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