Ya no se conserva ninguno en Fresno; pero existir existieron. Uno era propiedad del Tio Atilano y otro del Tío Manuel Herrero.
El primero estaba situado en plaza del Ayuntamiento; frente a la casa y el de Manuel Herrero junto al regato de la Majada, frente a la fragua de su propiedad.
El potro era el instrumento donde se sujetaban los animales para inmovilizarlos con objeto de herrarlos o curarlos; se usaban, pues, tanto por herreros como por veterinarios.
Estaban construidos con cuatro columnas de madera formando un prisma de 2 metros de largo, por 1 de ancho y 2,5 de alto aproximadamente. Los animales entraban por la parte trasera, libre totalmente, y en la parte delantera llevaban un yugo de vacas donde se sujetaba el animal por los cuernos.
En cada lateral del potro -en la parte superior- se colocaban dos palos fijos por encima del animal. En uno de los laterales, adicionalmente, se colocaba un palo giratorio a modo de torno, para levantar al animal.
También en los laterales, a la altura de las rodillas, se colocaban dos palos fijos. En estos se sujetaban las patas para curar el animal o herrarlo.