Costumbres caseras

La casa, ahora y siempre, ha sido y será lugar donde se reunía toda la familia.

Adiccionalmente, antes más que ahora dada la economía de subsistencia, se desarrollaban en ella una serie de tareas normalmente encaminadas a proveer a toda la familia, alimentos o útiles para su quehacer diario. Este era el caso de deshacer la manteca; tenía una doble utilidad: alimento con los chicharros y manteca para todo el año como sustituta del aceite para freir y para hacer los guisos

Las grasas del cerdo se trocean un poco y se echan en la caldera de cobre puesta al fuego y comienzan a derretirse formándose así la manteca. Aún líquida se deposita, colada, en las ollas de la manteca. Al enfriarse, se queda de color blanco.

En una caldera se migan hogazas de pan, dejando las cortezas. Cuando está cociendo se le añaden manzanas y ajos, que le dan aroma a la manteca, y la corteza de las hogazas del pan. A las cortezas azucaradas se les llama sopa y, comida en caliente o en frío, está tan buena como las manzanas y cebollas azucaradas cocidas en la caldera de la manteca. Los chicharrones menudos se mezclan con las migas del pan y se calientan en la sartén. Azucarados o no, se van comiendo normalmente en el desayuno o merienda. Son los chicharros.

Como instrumento de cocina que se usaba en esta labor estaba el cucharón para mover y aplastar los chicharrones, la caldera donde se deshacía la manteca, el cántaro donde se depositaba la manteca y un baño de barro.

También era costumbre, al igual que en la matanza, juntarse con la familia para deshacer la manteca.

© José Manuel Molinero para www.fresnodesayago.com . Esta página se ve mejor con I.E.; resolución 1024x768