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En la actualidad en todas las casas existe una lavadora y si se estropea inmediatamente se compra otra. Sin embargo no siempre fue así.

En tiempos no muy lejanos, cuando en Fresno no existía el agua corriente -empezó a haberla allá por los años 70 y 80- el lavado de la ropa se realizaba a mano por las sufridas mujeres de Fresno.

La mayor parte de los lavaderos estaban construídos a base de lanchas lo más lisas posible y suficientemente inclinadas para introducirlas en la charca o en el agua. Para protegerse del agua y para que sufrieran menos las rodillas, las mujeres utilizaban un instrumento denominado banquilla.

Los lavaderos naturales que estoy mencionando estaban situádos en el regato de la Majada y que recuerde existían en:

• La propia Majada a continuación de la primera fuente
• En la propia Majada un poco más abajo
• En el Fontán, junto a los pontones que existían
• Junto a la fragua y al potro del Sr. Manuel Herrero
• Otros dos se situaban en el regato de las Navas muy cerca de donde se juntaba con el regato de la Majada.
• Por último existía uno en Serranos, en la charca que está junto a la fuente.

En los años 80 se construyeron, siendo alcalde Francisco del Brío dos lavaderos artificiales en los Negrillos y en la Poza. Los primeros se utilizaron algo usando el agua del pozo próximo a ellos. Los lavaderos de la Poza no llegaron a utilizarse.

Esporadicamente, y cuando se tenía mucha ropa para lavar, las mujeres se trasladaban a la rivera. Para llevar la ropa utilizaban los denostados borricos zamoranos y lavaban la ropa en cualquiera de los "cadozos" distribuídos a lo largo de la rivera; fundamentalmente el de la Francisca.